No, no me niegues. Ni con tus labios ni con tu mirada. No tiene sentido. No puedes decir que no fui, no soy ni seré. Tan unido a ti desde siempre. Aún antes de nosotros decidirlo.
Tus entrañas te dirán lo contrario. Ellas me han hecho tu rehén. Jamás podrás cortar este lazo. Es más fuerte que la muerte misma y su opuesto la vida.
No, no me niegues nunca más. Aún en mi ausencia tu piel me recordará y a tus ojos acudirán lágrimas antiguas que te hablarán de mí.
Los sentidos me encadenan a tu ser:
Mis ojos te descubrirán en todas las mujeres a cada instante.
Mis manos te perseguirán insaciables en todas las figuras.
Mis narinas delatarán la presencia de mis más henchidos y salvajes instintos.
Mi lengua se regodeará en tus mejores partes.
Mis oídos reproducirán incansables tus gemidos.
¿Ves que yo tampoco puedo negarte aunque quisiera? Me es y me sería imposible, tan amarrado a ti me tienes. Sufriría tu ausencia en todas las mujeres. Me recordarían tu presencia inadvertida. No me alcanza el coraje para semejante hazaña. No, no me creo capaz.
Pues entonces, perdona mis desaciertos en cada intento y sé la morada amable de todos mis deseos. Déjame saciar mi sed de ti y llenarte de vida. Permite que aloje una simiente del futuro en tu más profundo sino.
No creas que no sufro al tú negarme. Más aún, cuando percibo que es una tarea colosal. Ya que el hombre no puede destruir lo que el Universo ha creado. Así de insignificantes y grandiosos somos. Tú y Yo, unidos en la eternidad de cada instante. Imposibles criaturas que nunca mueren y condenadas a amarse hasta un final que nunca llega.
domingo, 16 de noviembre de 2008
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1 comentario:
Wowww.....un buen gesto el de mama...dejarnos conocer otro poquito de tu persona, por ahi indirectamente, pero al menos el objetivo fue cumplido.
me encanto lo que escribiste. Ansioso por esperar tu segundo Post en tu blog.
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